viernes, 27 de mayo de 2011

Inició el Diplomado en Educación Sindical en Oaxaca


Oaxaca de Juárez, Oax. 27 de mayo de 2011. En el bello Centro de Innovación Educativa y Desarrollo Humano en la Ciudad Universitaria de Oaxaca, continuó el Diplomado en Educación Sindical, Módulo I, de la Escuela de Educación Sindical del STEUABJO.
El tema de discusión fue: El Origen de los Sindicatos en el Siglo XIX.
La tarea para todos los diplomantes fue construir un Andamio Comparativo entre el Movimiento Luddita y el Movimiento Cartista.
El Comité Ejecutivo del STEUABJO entregó el primer "Libro de Texto" para todos los alumnos de la Escuela Sindical, impreso por la Imprenta Universitaria.

sábado, 21 de mayo de 2011

Inaugurado el Diplomado en Educación Sindical en Oaxaca


Oaxaca de Juárez, Oax., 20 de mayo de 2011. En el Paraninfo de la UABJO, el Maestro Enrique Martínez Martínez, Secretario General de la UABJO, a nombre del Rector, declaró inaugurado el "Diplomado en Educación Sindical" para los alumnos del STEUABJO.
Con la presencia de los miembros del Comité Ejecutivo y alumnos inscritos, Francisco Meixueiro, Secretario del Exterior, dio la bienvenida a las actividades educativas del sindicato.
Raúl Jiménez Lescas brindó la Conferencia "Historia del 1 de Mayo. Causas y consecuencias".
El Trío de Saxofones, las preguntas del respetable y un convivio, amenizaron el viernes lluvioso que cayó sobre la cantera verde del Paraninfo.

viernes, 20 de mayo de 2011

Conferencia Historia del 1 de Mayo


Con motivo de la inauguración del primer Diplomado en Educación Sindical para los empleados y trabajadores de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
Se impartirá la conferencia: Historia del 1o de Mayo. Causas, consecuencias y repercusiones en el mundo actual, por el LH. Raúl Jiménez Lescas, Director de la Eedut, a las 17 horas, en el Paraninfo de la Facultad de Derecho de la UABJO. Frente al Rosario. Centro Histórico. Oaxaca de Juárez, Oax. Entrada Libre.
Viernes 20 de mayo de 2011.

domingo, 1 de mayo de 2011

Robert Owen

Robert Owen (1771-1858)
Robert Owen

La propiedad privada hace al hombre demonio y del mundo un infierno.


Robert Owen nació en Newtown (Gales), el 14 de mayo de 1771. Hijo de un talabartero, a los 9 años de edad ingresó a trabajar como aprendiz de hilador, donde fue ascendiendo, por su tenacidad y habilidades, hasta escalar un puesto de apoderado de una fábrica constructora de máquinas de hilar algodón. A sus 19 años de edad, ya era director de una fábrica textil de 500 obreros en Manchester. Años más tarde, en 1795, se convirtió en un empresario y, el 1 de enero de 1800, era propietario de la gran fábrica de hilados de algodón New Lamark (Escocia), donde más tarde pondría en práctica sus ideas utópicas y que llegó a contar con una población obrera de 2 mil 500 personas. Al principio nos recuerda Engels, eran obreros desmoralizados, pero “le bastó con colocar a la gente en condiciones más humanas de vida, consagrando un cuidado especial a la educación de la joven generación.”. Las manos obreras construyeron, de esta forma, una colonia modelo, en la que no se conocía la embriaguez, la policía, los jueces, los procesos, los asilos para pobres, ni la beneficencia pública.”. Owen, obtuvo, así fama europea.

En 1817, publicó un proyecto de reorganización de la sociedad sobre principios comunitarios. Carlos Marx escribió sobre Owen: “... en sus ensayos, no sólo arrancaba de real y efectivamente del sistema fabril, sino que lo erigía también teóricamente en punto de partida de la revolución social”.
“Las ideas de Owen pueden formularse a grandes rasgos como sigue: El carácter del hombre depende de sus condiciones de vida. Si queremos, pues, mejorar al hombre, no tenemos más remedio que modificar las condiciones en que vive. Y como la educación ejerce grandísima influencia sobre el desarrollo humano, deben concentrarse todos los cuidados en el sistema de educación”.
En el pueblo fabril de New Lamark, construyó viviendas amplias para sus operarios, en lugar de que estos vivieran en sus chozas y cuartuchos miserables. Las calles lucían, ahora limpias y anchas; en lugar de las jornadas agobiantes de 15 ó 16 horas, redujo la jornada laboral a 10 ½ horas y, suprimió parcialmente, el trabajo infantil.
Fundó Escuelas Infantiles, para los hijos de los obreros, que iniciaban su educación a los 2 años de edad. Los pequeñines estaban tan a gusto en esas Escuelas, que “con dificultad se los podía llevar a sus casas.”.
Fiel a sus ideas sobre el sistema educativo que se necesita para mejor al ser humano, desechó la enseñanza libresca y la sustituyó por el método práctico de la observación directa y la vinculación al trabajo. Asimismo, prohibió los castigos laborales y, organizó una cooperativa de consumo, que gracias a las compras en mayoreo, suministro bienes más económicos para los obreros y sus familias.

El nuevo edificio fue construido en 1798 por David Dale. Encima del frontón clásico central, una torre que contiene una campana de la inscripción: “Hagarston, del Condado de Washington, Congregación Luterana, Glasgow - Maryland 1786”.

Durante la crisis económica inglesa de 1806, que arrojó a miles de obreros a la calle, Owen se vio obligado a cerrar, por 4 meses, su fábrica, sin despedir al personal y pagándoles sus salarios. Engels recordaría: “Y, con todo, la empresa había incrementado hasta el doble su valor y rendido a sus propietarios, hasta el último día, abundantes ganancias.”.
Desde 1812, Owen propagandizó sus ideas y su proyecto de reforma social. Cuatro años más tarde, se hizo socialista y publicó su obra Una nueva concepción de la sociedad, donde criticó las consecuencias negativas de la Revolución Industrial. Llamó la “trinidad del mal” a la religión, la propiedad privada y la indisolubilidad del matrimonio. Y, sentenció: “La propiedad privada hace al hombre demonio y del mundo un infierno”.
Para 1819, consiguió, tras 5 años de grandes esfuerzos, que fuera votada la primera Ley que limitaba el trabajo de las mujeres y de los niños en las fábricas.
En 1823, Owen propuso un sistema de colonias comunistas para combatir la miseria en Irlanda, acompañado de “un cálculo completo de gastos de establecimiento, desembolsos anuales e ingresos probables.”.
Figura: Dibujo del edificio principal y el mecanismo de utilización de la fuerza motriz del agua, en New Lanark.

“Su paso al comunismo constituye el punto crucial en la vida de Owen. Mientras se había limitado a actuar sólo como filantrópico, no había cosechado más que riquezas, aplausos, honra y fama. Era el hombre más popular de Europa. Tanto los hombres de su posición social como los hombres de Estado y los príncipes le aplaudía. Pero, en cuando formuló sus teorías comunistas, se volvió la hoja.”.
En 1824, formó un núcleo político del movimiento cooperativista. En 1825, compró 8 mil hectáreas de tierra en Indiana y fundó una Comunidad Nueva Armonía (New Harmony) en Estados Unidos de Norteamérica. No obstante, los voluntarios, no tardaron en perder el entusiasmo inicial y, los problemas que surgieron, no se subsanaron con las visitas periódicas de Owen. Vendió el terreno en 1828 y perdió una buena parte de su fortuna. Y, el experimento, fracasó. En 1826, publicó su Libro del nuevo orden moral.

En 1833, Owen participó en la fundación de sindicatos ingleses (Trade-Unions). En 1834, la Gran Unión de Sindicatos, adopta la transformación social mediante cooperativas, pero se disolvió más tarde.
En 1837, inicia el largo reinado de Victoria en Gran Bretaña, llamado La Inglaterra Victoriana, donde se consuma el apogeo industrializador de la isla. En el mismo año, fueron redactadas las 6 exigencias obreras que darán origen al Movimiento Cartista. A fines de 1839, los socialistas ingleses fundaron en Hampshire, la Casa de la Armonía (Harmony may), donde concretaron, por espacio de 5 años, sus ideas de colonias comunistas.
El movimiento cooperativista inspirados en las ideas owenianas, arrancó en Rochdale (Inglaterra) en 1844. Robert Owen murió el 17 de noviembre de 1858 en su residencia de Newtown.

Tomado de: JIMÉNEZ Lescas, La Primera Internacional (Asociación Internacional de los Trabajadores), en: Historia del Movimiento Sindical Internacional Folleto 2, Morelia, SUEUM-UMSNH, 8ª. Ed., 2010, p. 23-25.

¿Cómo fue el 1o de Mayo de 1886?

El 1° de Mayo de 1886

Tomado del libro: "Historia del 1o de Mayo" de Raúl Jiménez Lescas (México, Unios, 2004).

Se desarrollaron eventos

grandiosos en Chicago,

aunque la rebelión existe

en toda la nación.

José Martí.[1]

Y, llegó, el 1° de Mayo de 1886. Un sábado ordinario para el trabajo, otro alocado día industrial y suburbano. Unos 350 mil trabajadores desfilarían ese día en todo Estados Unidos. Más de 11 mil establecimientos pararon.[2] En Chicago alrededor de 80 mil obreros se habían lanzado a la calle.[3] La batalla por la jornada de 8 horas palpitó como lo hacían las chicharras de las grandes fábricas.

Un diario de la ciudad, observó desde sus páginas: “No salía humo de las altas chimeneas de las fábricas y las refinerías y las cosas habían adquirido una apariencia sabática”.[4]

En Chicago, la multitud en blanco y negro, robusta y ruda, alegre y familiar, se concentró en la Avenida Michigan para dirigirse al Lago Font, donde se realizaría un mitin. Ahí Albert R. Parson, futuro Mártir de Chicago, “bien acicalado, se sentía alegre y optimista. Caminaba bajo el espléndido sol de ese día, con su esposa Lucy[5] y sus dos hijitos hacia la Avenida Michigan, su corazón saltaba dentro del pecho al ver a los miles y miles de huelguistas que se aprestaban para el desfile.”.[6]

August Spies, amigo de Parson y con un ejemplar del Chicago Mail, cerró con su discurso el mitin. Su bigote rubio se agitó mientras su elocuencia en inglés y alemán saltaba a la vista. Esos jóvenes, eran los predilectos de la multitud del trabajo.

Pero el patrón acechaba. En la Ciudad de Milwaukee, Illinois, se produjo un choque entre la policía y los huelguistas: 6 obreros cayeron muertos. La represión apareció en las ciudades de Filadelfia, Lousville, San Luis, Baltimore y Chicago. Los patrones reaccionaron con violencia y contraatacaron: En Chicago declaran una huelga patronal (lock out) contra los obreros, ya que estaban aterrorizados por el despertar del movimiento, pues sabían que una reducción de la jornada de trabajo era más que justa y necesaria, era un elemental derecho para vivir, pero les reduciría sus ganancias.

Los capitanes de la industria, apelaron a su última arma: las empuñadas por la policía y los esquiroles. Los dirigentes del movimiento huelguístico convocaron a más y más movilizaciones de protesta con el fin de parar la represión.

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Trabajadores

Dos de Mayo: 40 mil huelguistas siguen en pie de guerra. La esperanza y el anhelo por un mundo mejor, los despierta pese a la represión, a los muertos y heridos, a los despidos y las campañas amarillistas de la prensa.

Tres de Mayo: 6 mil obreros en huelga por las 8 horas y un salario de 2 dólares diarios de la fábrica de maquinaria agrícola Mc Cormick Harvester efectuaron un mitin pacífico, pero los discursos fueron incendiarios. Unos 200 obreros se separaron del evento para rechazar la provocación de unos esquiroles que siendo apoyados por la policía, abrieron fuego contra los obreros desarmados: 6 murieron y 50 quedaron heridos.

Spies, fue testigo de que la policía pistola en mano abrió fuego sobre las espaldas de los trabajadores. Spies reunió “rápidamente a varios dirigentes sindicales y... se decidió convocar a un acto de protesta contra la violencia de la policía, para la noche siguiente, en Haymarket (La Plaza del Heno)”.[7]

Mayo 4: Continúa la revuelta. La policía siguen haciendo de las suyas, macaneando a los huelguistas.

El alcalde Carter Harrison autorizó una manifestación dirigida por los anarquistas. La Plaza Haymarket resultó pequeña para la multitud. El mitin se desarrolló en forma pacífica, pero la lluvia punzante logró dispersarlo lentamente. Parson, regresó de Cincinnati, para informar que se estaba ganado en aquella ciudad la jornada laboral reivindicada.

Su esposa, Lucy, organizó una reunión con las costureras que deseaban sindicalizarse. Parson, decidió acudir a la cita y no dirigirse a la Plaza Haymarket. A la reunión, llegó un mensajero: “Hay una gran reunión en Haymarket –comunicó– y Spies es el único orador. Quiere que vaya Parson y también Fieldem”.[8]

“La multitud reunida resultaba pequeña para la Plaza Haymarket. Spies, que había llegado muy temprano, había empujado un vagón de ferrocarril hacia una esquina para que le sirviera de tribuna. Muy cerca estaba la Comisaría de Policía de la calle Desplaines, bajo el mando de John Bonfield, un capitán apodado el apaleador”.

Spies agitaba, cuando apareció la familia Parson, quienes fueron recibidos con aplausos. “Parson terminó de hablar a las diez. Un viento frío que venía del lago azotaba a la gente y habían caído algunos aguaceros. Amenazaba una fuerte tormenta... estaba hablando Fieldem, y Parson buscó a su familia y con otros trabajadores se retiró al salón de un bar situado en una esquina próxima, conocida como Zepf’s.

Muy pronto el grupo estuvo riendo y charlando, mientras circulaban los vasos de cerveza. Entre tanto afuera, Fieldem, último orador, continuaba su discurso ante un gentío que disminuía constantemente”.[9]

Apareció entonces el inspector de policía, un tal Bonfield y el capitán Ward, provocando a los manifestantes con su presencia y su escolta de 180 agentes. “El capitán Ward, se encaminó al sitio donde hablaba Fieldem y lo increpó: ¡‘En nombre del pueblo del estado de Illinois, ordeno que se disuelva este mitin inmediatamente”![10]

Martí-Hermán Norman-escandinavo

José Martí, escribió desde EUA

sobre los sucesos del 1° de Mayo de 1886

La oscuridad de la noche se disipó por un relámpago rojo y un estruendo. Una mano anónima lanzó una bomba matando un policía. La respuesta policíaca fue instantánea: dispararon contra los asalariados. Siete obreros más cayeron abatidos por el fuego loco de las balas.

Quinto día: Miembros de la Asamblea Polaca de Los Caballeros del Trabajo en Milwaukee, Wisconsin, marcharon al taller laminado del norte de Chicago, localizado en la vecina Bahía View, para cerrarlo hasta que los patrones otorgaran las 8 horas laborables.

Un polaco marchó con un estandarte color azul, blanco y rojo, con un reloj al centro que marcaba las 8 horas en punto. El mayo George P. Tracumer, comandante de la guarnición militar, ordenó abrir fuego: 8 polacos y un alemán murieron en el acto.

El periódico Milwaukee Journal, narró: “Ellos dispararon no cartuchos de salva sino balas para matar”. “La Avenida Lincoln, línea divisoria entre el sur de la ciudad y Bay View, fue salpicada con la sangre de los revoltosos polacos esta mañana a las nueve”.[11]

Sexto día: La prensa dio a conocer el nombre del policía muerto, se trató de Mathias J. Degan, pero no dijo que entre los obreros había 19 víctimas, que nunca dieron sus nombres.

En la actual Haymarket, luce una placa para ese policía, pero ninguna para los Mártires de Chicago.

Desde sus páginas, la prensa predicó el linchamiento: los anarquistas —hayan lanzado o no la bomba— deberían ser ahorcados, como corresponde por sus ideas libertarias y conspirativas contra la propiedad del capital. La policía arrestó, allanó moradas, rompió puertas y destruyó imprentas.

El diario New Yorker Tribune mentía: “La multitud aparecía enloquecida por un deseo frenético de sangre y de sostener su terreno, disparando descarga tras descarga contra los agentes de policía” y el Chicago Tribune escribió: “La justicia pública exige que a los asesinos europeos August Spies, Michael Schwab y a Samuel Fieldem, se les detenga, se les juzgue y se les ahorque. La justicia pública exige que el asesino A. R. Parson, de quien se dice que deshonra este país por haber nacido en él, sea capturado, juzgado y ahorcado por asesinato”.[12]

Mayo 15: Un Gran Jurado fue convocado para linchar legalmente a los obreros. La prensa amarillista quería ver sangre, exigiendo que fueran ahorcados los anarquistas detenidos. El juicio colectivo violó todos los procesos y normales legales, como se reconocería años después. El clima político era de linchamiento contra la ideología de los procesados. Parson, que había logrado escapar se escondió en los campos de Wisconsin.


[1] FONER S. Philip, editor de Our America: Writtings on Latin America and the Struggle for Cuban Independence by Jose Marti, NY, 1978, p. 63.

[2] FONER S. Philip, Los orígenes... op. cit., p. 278.

[3] La Historia Real del Día del Trabajo, traducción del Departamento de Comunicación Social de la CLAT-DECOS a partir de Una Desconocida Historia del Sindicalismo de Richard O. Boyer y Herbert M. Morais, publicado en la revista Labor Today, vol. VIII, No. 3, mayo de 1969

[4] FONER S. Philip, History Of the Labor in the United States, vol. II, NY, 1947, pp. 102-108.

[5] Lucy González Parson es de origen mexicana.

[6] La Historia Real del Día del Trabajo... op. cit., p. II.

[7] Ídem, p. III.

[8] Ídem, p. IV.

[9] Ídem, p. IV.

[10] Ídem, p. V.

[11] FONER S. Philip, Los orígenes... op. cit., p. 279. Entre los obreros asesinados se encontraban los siguientes: Michael Ruchakis, jornalero de 40 años de edad; Francis Kunkel, jornalero de 69 años; Johann Makra, jornalero de 24 años; Martín Jankowis, jornalero de 25 años; Albert Erdmann, de 19 años; Casmir Dudek, de 30 años y Frank Nowatzak, estudiante de secundaria con sólo 13 años de edad.

[12] Ídem, p. VI.

1o de Mayo en Morelia. 2011

Marchan cerca de 10 mil trabajadores sobre la Madero

Marchan cerca de 10 mil trabajadores sobre la Madero

Marchan cerca de 10 mil trabajadores sobre la Madero

MORELIA, Mich., 1 de mayo de 2011.- En estos momentos, cerca de 10 mil trabajadores de al menos una veintena de sindicatos, integrantes de la Asociación de Trabajadores del Estado de Michoacán (ATEM), marchan sobre la avenida Madero en conmemoración del Día del Trabajo.

Con pancartas, exigen una mejor condición de vida laboral, así como diferentes expresiones de rechazo a las leyes y reformas laborales, los manifestantes se aprestan a arribar a la Plaza de Armas para realizar un pequeño mitin.

Se espera que esta sea la última de las manifestaciones de conmemoración del Día del Trabajo en la capital michoacana, ya que desde las ocho de la mañana, el Centro Histórico ha visto desfilar todo tipo de organizaciones, obrero-populares.

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