jueves, 9 de diciembre de 2010

Cockroft en Morelia


Presentación del libro

“Precursores Intelectuales en el México del Siglo XXI” de James D. Cockcroft

Por: Raúl Jiménez Lescas

8 de diciembre de 2010

III Feria Estatal del Libro y la Lectura

Morelia, Michoacán de Ocampo

Gracias a los organizadores por su atenta invitación

Gracias a la Historiadora Eréndira Herrejón Rentería

Gracias, no podía faltar hoy en su aniversario 30, a Lennon, que nos enseñó a cantar Imagina y Héroe de la Clase Obrera. “Todos queremos cambiar el mundo”.

Conocí a el libro clásico de Cockcroft en la UNAM hace 30 años y, a él personalmente –hace unos 8 años–,en un Convento de Monjas en el sur de la ciudad de México (no puedo detenerme a contarles que hacía ahí él… y yo) y, aunque ya admiraba su obra intelectual, fue mayor mi admiración por su vida cotidiana, como intelectual y, como él se ha clasificado, un ciudadano del mundo, un activista de tiempo completo de la Humanidad y por la Humanidad. Un amigo sincero. Pero también “un pinche gringo”, un “gringo-anti-gringo”.

Hace 6 años que James no ha faltado a una cita en Michoacán. Cada año viene a recordarnos a los “Precursores”, a los migrantes y, a explicarnos pacientemente, la situación del Imperialismo. A traer un poema nuevo y dar cuenta de su activismo social. En los 80 vino con un grupo de estudiantes uameros, para escribir la Historia Oral del ejido de La Purísima, Municipio de Álvaro Obregón, obra pionera sobre la migración, cuando el tema no era moda, ni interés por los connacionales.[1]

No deja de visitar a sus amigos de La Purísima, de Maravatío, Uruétaro y Morelia. A Eréndira, a quien admira tanto.

Cada año viene a la FIL y a hora a la FEL a traernos sus novedades intelectuales, nuevos libros, nuevos poemas.

En el Centenario de la Revolución Mexicana, nada mejor, que un homenaje del historiador estadunidense, canadiense, cubano, bolivariano y mexicano, James D. Cockcroft.

Quien publicó su estudio de esos Precursores en el año de 1969 y, desde entonces, es considerado como un texto clásico sobre los inicios de la Revolución Mexicana. Y, hace 41 años, Cockcroft dijo:

“Las luchas históricas tales como las de los precursores de la Revolución Mexicana deben tener una significación contemporánea. Su espíritu perdurará en nuestros días.”.[2]

A la vuelta de 41 años, Cockcroft vuelve a México con nuevas reflexiones y, empieza por profundizar en el tema de su juventud, los precursores, dice, no lo fueron en realidad, sino que fueron revolucionarios, las dos cosas, no separadas, sino entrelazadas, en movimiento.

De la lectura del nuevo libro, al que invito a todos a leer con una tasa de café y un tabaco olor maple, quiero destacar algunas cosas, por la brevedad del tiempo.

1. La novedad: Cockcroft más magonista que nunca

2. El Método de trabajo, análisis e investigación

3. La comparación histórica de dos momentos del país

4. La contextualización

5. La conclusión activa, reflexiva y comprometida

1. La novedad: Cockcroft más magonista que nunca y reivindicando a Primo Tapia

Como Ustedes saben, entre los precursores de 1900-1910, varios gringos-antigringos se colaron en la vida cotidiana por el derrocamiento de la dictadura porfiriana y del propio Díaz. Entre ellos, la familia Turner, John y Ethel. Y muchos más que no podré nombrar.

Eran magonistas, no solo apoyaban al PLM, sino que militaban en ese Partido, de diversas maneras nobles y arriesgadas. Ethel, por ejemplo, iba a la cárcel a llevarle cigarros a Ricardo Flores Magón y a sacar, las cartas, escritos y directrices de Magón preso, pero libre en su denostada lucha por la Revolución.

La novedad del libro es que Cockcroft vuelve a México más magonista que nunca y nos revela como conoció al Magonismo:

“Hace casi medio siglo, durante un repentino aguacero me refugié en la casa de un obrero de Mexicali, Baja California (nótese que fue la primera población tomada por los magonistas el 29 de enero de 1911); mientras tomábamos café (u otra cosa), hablamos de las dificultades económicas causadas por la alta salinidad del río Colorado, entrando al Valle de Mexicali. Me incorporé en su lucha por corregir el problema (…).

“Después de terminar nuestros cafecitos, léase tequilas, me mostró el contenido de un viejísimo baúl que su abuelo le había dejado hace muchos años. En éste había artículos, cartas y otros documentos de los llamados ‘magonistas’ (…). Me fascinaron.”.

41 años después, Cockcroft se autocritica, se corrige y nos corrige, se reinventa: los magonistas no son más precursores de la Revolución, fueron la Revolución misma. En sus palabras: precursores y revolucionarios. Porque no todos los precursores se volvieron revolucionarios y, muchos revolucionarios, no fueron precursores. Enrique Flores Magón, hermano mayor de Ricardo, fue precursor y dejó el carro de la revolución un tiempo, luego volvió como funcionario en el gabinete maderista, incluso como senador titubeó ante el golpe de Victoriano Huerta. En cambio, Esteban Baca Calderón y Manuel M. Diéguez, fueron amigos, camaradas y precursores de la Revolución, en la acción misma, la histórica huelga de Cananea de 1906. No cualquier precursor que de por sí es un mérito histórico, sino precursores sociales de la Revolución Mexicana.

Porque entraron a la Revolución diez años antes que los maderistas; porque se levantaron 4 años antes que Madero y, porque al estallar la Revolución del 20 de noviembre, ellos ya estaban montados en los caballos tiempo atrás. Es más, se anotaron los primeros triunfos militares en Chihuahua, antes que Madero exiliado en Estados Unidos. Prisciliano G. Silva tomó la población de Guadalupe próxima a Ciudad Juárez, donde se libraría la batalla que le dio la trastocada a Díaz.

Eso que de por sí ya es un mérito, no lo es todo. Los magonistas pusieron el dedo en las llagas actuales: las mujeres, los pueblos indios (nativos dice James), los derechos humanos, el colonialismo/imperialismo, los medios de comunicación (la prensa escrita), el teatro, la poesía, la binacionalidad, la migración y el internacionalismo, ahora llamada antiglobalización o en palabras de un ex presidente de cuyo nombre no me quiero acordar: los globalifóbicos. Y también temas espinosos: la iglesia, la educación, el Estado.

En síntesis, Magonismo de nuevo como en 1910. Cockcroft más magonista que nunca. O en las palabras citadas de Pepe Revueltas:

“Las actividades revolucionarias de los magonistas son el punto de arranque donde hay que colocar los antecedentes contemporáneos de una conciencia socialista, propia, nacional, de la clase obrera mexicana”.

Por supuesto que el magonismo no es un movimiento acabado, sino en construcción. Cada cual sigue una vía, incluso opuesta a Magón, viejo, Ricardo. Cockcroft sigue la propia, como ciudadano de la Humanidad, pero siguiendo el más noble de los principios magonistas: Cambiar el Mundo, todos queremos cambiar el mundo. Más específicamente: La Humanidad.

En eso, Cockcroft, se hermana con Ethel Duffy Turner, quien un buen día, se vino a morir a México, pero antes debió saldar cuantas con Magón: refrescar su Memoria, escribir su historia es decir. su propia experiencia, y la lucha del Partido Liberal Mexicano, en la cual militó y arriesgó la vida. Tanto quería a México, que lo llevaba en la Sangre: a su única hija la nombró “Juanita”, no como apodo, sino como nombre registrado. Y, en eso, también James se hermana con Pablo O’Higgins, quien se volvió mexicano y sigue mexicano enterrado cerca de Monterrey. Viven ambos, Duffy y O’Higgins en el recuerdo michoacano, una con un libro; otro con murales en Calzoncin y en el Teatro Rubén Romero.

Por cierto, Ethel saldó cuentas con Magón en un Mesón de Uruapan, pagada por el General Cárdenas del Río. Luego, para honra de los michoacanos, el gobierno le publicó el libro, mil ejemplares, 300 son para Ethel Duffy Turner, que muere a los 84 años de edad; era y es magonista gringa-antigringa; descansa en Cuernavaca, Morelos; esperando no flores, sino que la visiten mediante la lectura de su obra póstuma: “Ricardo Flores Magón y la Revolución Mexicana”.

¿Quién se apropió del magonismo en esos años oficiales de los 60? Los anti-magonistas del PRI. Es una paradoja de la vida, una broma de la Historia. Pero también, Cockcroft que nos entregó su libro el 2 de octubre de 1969.

Por eso la importancia de Cockcroft, porque pone en alto los ideales del magonismo pero para una cauda noble, no electoral o gubernamental, sino transformadora. Esa es la “Esperanza de México” escribió Cockcroft en otro libro.[3] A decir de Ricardo Flores Magón, un propulsor de la Revolución... una nueva Revolución.

2. El Método

Para analizar la realidad y desmenuzarla, la realidad histórica y presente, en sus idas y vueltas, James utiliza un método noble y profundo: El Desarrollo Desigual y Combinado o, como él dice, Combinado y Desigual, que importa, son las dos formas.

Este método es poco recordado y poco utilizado por muchos historiadores, prefieren otros métodos, también buenos.

“Para entender –dice– las (actuales) dificultades económicas, sociales y políticas que los mexicanos confrontan en sus luchas para mejorar sus vidas es necesario tener una perspectiva histórica y cultural que incorpore los papeles del Estado y el colonialismo/imperialismo”.

“Históricamente –afirma– los mexicanos han entendido que para hacer cambios reales en sus vidas hay que llevar a cabo luchas revolucionarias, a veces armadas, contra el colonialismo, el imperialismo y el Estado”.

Y, es que para James, la “economía política de México”, se desarrolló históricamente en forma desigual y combinada. Siguió, dice, los dictados de la Ley del Desarrollo Desigual y Combinado.

Qué diablos quiere decir eso en buen cristiano:

“”… una unión de los diferentes estadios del proceso histórico, una combinación de las etapas diferentes y separadas, una ‘amalgama de formas arcaicas con otras más modernas’.”.

3. La comparación histórica de dos momentos del país

Su método también es la de historia comparada. Encuentra géneros próximos entre 1910 y 2010, así como diferencias específicas, pero las hilvana en una continuidad, las luchas sociales, son el hilo conductor, lo fueron antes de 1910 y lo son hoy en día, por eso… James viene a apoyar a los mineros de Cananea, a los electricistas del SME.

No podría ser de otra forma, James es parte del movimiento social en defensa de la Humanidad. Ahí está su compromiso, es un historiador objetivo pero comprometido. Escribe, investiga para darle fuerza a su acción, a su militancia como activista social.

¿Podríamos ver al Doctor Cockcroft investigando de tiempo completo sin lucha social?

No lo creo, a su edad, madura, sigue madurando mediante su práctica, su compromiso con las luchas del pueblo mexicano y del mundo.

Por eso… es un internacionalista consumado.

4. La contextualización

Otra parte del método de James es que no deja ni por un minuto de contextualizar la situación mundial, el imperialismo y la economía global de las realidades nacionales. Parte del palpita internacional para bajar a la palestra nacional y, vuelve con más fuerza, desde lo Nacional a los internacional.

Dedica un capítulo del libro, pero vuelve en otros capítulos como el del neoliberalismo y la militarización.

Ahí, en los temas, James ve la mano invisble y visible del Imperialismo yanqui, al que conoce muy bien, tan es así, que es migrante en Canadá, en Montreal se avecindó.

5. La conclusión activa, reflexiva y comprometida

La conclusión, como diría Cockcroft poeta, va por “muchas curvas a la luz del fuego”. Sus conclusiones son activas, reflexivas, pero comprometidas, por eso James, es una militante de tiempo completo, su teoría es para la acción, su reflexión es para la acción, la acción para la acción.

Lo dice en un poema que cierra su poemario:

“¿Por qué?

Negando que son héroes,

Mis cinco amigos nuevos

Ni me conocen.

Por eso…

Nutriendo la humanidad

Como un rio global,

Su amor me baña

Por eso…

Resistiendo, encarcelados

Por haber luchado contra el terrorismo

Me silencia.

Por eso…

Según José Martí,

“Patria es Humanidad” y

“Patriotismo no es más que amor”.[4]

Acá en México, se pierde la educación cívica, los valores son los de la globalización y la modernidad.

Por eso…

Dicen Cockcroft y Martí:

“Patria es Humanidad”.

Muchas gracias.


[1] COCKCROFT, James D., Trabajadores de Michoacán. Historia de un pueblo migrante, México, Jorale, 2006.

[2] COCKCROFT, James D., Precursores Intelectuales de la Revolución Mexicana, México, SEP Cultura-Siglo XXI, Cien de México, 1985, p. 5.

[3] COCKCROFT, James D., La Esperanza de México. Un encuentro con la política y la historia, México, Siglo XXI, trad. Ana María Palos, 2001.

[4] COCKCROFT, James D., Why?, Por qué?, Porquoi?, Canadá, Hidden Brook Press, 2009, p. 96-97.

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